Práctica 2. La canción de los lunes
La belleza lunaria en el arte pictórico y musical
La dama de la Luna, María del Carmen Pérez. |
La dama de la Luna es un cuadro de la pintora contemporánea María del Carmen Pérez que consiste en un acrílico sobre lienzo protagonizado por una mujer de espaldas que camina a través de un tétrico y sombrío bosque. En este entorno destaca una gran luna y su vistoso reflejo que se difumina con el oscuro cielo nocturno; por lo que está impregnado de tonos plateados, amarillos, verdes y azules.
Hemos relacionado esta obra pictórica con la Sonata para piano nº14 en do sostenido menor de Ludwig van Beethoven, más conocida como Claro de Luna. Esta pieza clásica está compuesta por tres movimientos: Adagio sostenuto (un comienzo prolongado con arpegios lentos), Allegretto (ritmo apacible y vivo) y Presto Agitato (ritmo acelerado de gran dificultad interpretativa: arpegios y escalas veloces). La combinación de dichos movimientos evocan o transmiten la imagen lúgubre de una noche oscura iluminada por la Luna llena. Asimismo, se dice que el músico alemán le dedicó esta sonata a la joven condesa Giulietta Guicciardi, una alumna de diecisiete años de la que estaba profundamente enamorado. De modo que cuando pensamos en la destinataria a la que va dirigida la pieza, nos la podemos imaginar como la protagonista de La dama de la Luna.
Asimismo, esta pintura de María del Carmen Pérez está protagonizada por una figura femenina y, sobre todo, por el satélite natural de nuestro planeta, cuyos rayos clarean el oscuro cielo nocturno generando un bello contraste. Esta estampa podría ser perfectamente la de la hembra gitana que conjura la Luna hasta el amanecer en la pieza musical Hijo de la Luna del grupo Mecano.
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